Caminaba por la calle y de pronto me encontré una lampara mágica y Fred me miro y me dijo...
- Sabes, si la frotas quizás salga un genio y él quizás te conceda tres deseos como lo hice alguna vez-.
y al cual asenté con la cabeza y poniéndome en cuclillas tome la lampara y dije.
-Yo ya tuve la oportunidad de obtener mis tres deseos al conocerte, amigo y solamente me has conseguido uno-
Fred sonrió y mirando la lampara dijo
-Si tienes razón mejor dejemosela a alguien que realmente necesite de esos deseos, quizás así puedas hacer feliz a alguien, que es lo que tanto deseas y ningún ser mágico te lo podrá dar. -
mire el cielo y suspire, di dos pasos y grite
-¡LA AVARICIA ES TAN GRANDE QUE SE APODERA DE MI CORAZÓN PERO NO QUIERO SER LA PERSONA OSCURA, LA CUAL FLAVIO CONVIRTIÓ, SOLO QUIERO PAZ Y AMOR Y SI DEJANDO OPORTUNIDADES PARA ESTAR EN TEMPLE Y QUE TODO SE ME VALLA DE LAS MANOS COMO SI NADA LO HARÉ!.-
Fred sonrió y comenzó a aplaudir
-Madurando el joven, alcanzando ideales y dejando pequeños razonamientos y fantasías a tras para alcanzar las metas, espero que tu decisión sea la acertada y recuerda aun te quedan dos deseos míos.-
-Lo sé mi buen amigo, solo siéntate y enrolla, y comienza a contarme una de esas fabulosas historias de arcadia-
Sonriendo Fred se sienta junto a mi y sacándose el sombrero...
- Habia una vez en....
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